Mi reino regresa para obligarme a escribir. Lo había borrado todo y estaba como si me hubera rapado y el cabello nunca hubiera crecido. Ahora que tengo el cabello largo y que, más que miedo, tengo ganas de escribir, voy a escribir. Y para facilitarme la tarea, ya que tiendo a perderme en la inmensdad de las posibilidades, me limitaré a escribir textos cortos sobre los temas que más me importan de la manera en la que mejor pueda abordarlos. Porque estoy aprendiendo a escribir y porque me pongo muy nerviosa y acabo dedicando días enteros a escribir-revisar-corregir textos que no tienen la intención de ser perfectos sino de ayudarme a no-callar. Así que, con ánimo de recrearme y mantenerme en forma, aquí comienza esto que será como mi gimnasio literario.
Hoy, por ejemplo, he estado rumiando algunos pensamientos sobre el tema del amor presente en los textos Perdonando a Dios y El huevo y la gallina de Clarice Lispector que podría intentar resumir en tres frases presentes en ellos:
"Sólo por haber sentido cariño pensé que amar era fácil."
"Sólo podré ser la madre de todas las cosas cuando sea capaz de agarrar una rata con la mano."
"Amor es incluso la desilusión de lo que se pensaba que era amor."
Y pienso en mí, diciendo que amo a los insectos mientras camino descalza por el jardín y, de repente, un cosquilleo que sube por mi pierna me hace voltear a ver a una cucaracha llegando a mi cadera y sacudirmela con la mano gritando espantada.
Pienso en el hexagrama Lo Receptivo del I Ching, cuya imagen quisiera imitar como escritora: La Tierra que, con toda su extensión espacial y su firmeza, sostiene el bien y el mal, sin exclusiones...
Amo a las cucarachas pero no puedo soportar que corran hacia mí ni que se me suban con su cara de espanto. Las amo de lejos, si se puede, y juro que jamás mataría a ninguna, las quiero vivas, haciendo lo que hacen porque sé que, si no existieran, el mundo estaría más sucio de lo que parece estar; pero, por favor, no me hagan agarrarlas con la mano. Mejor háganme escribir sobre ellas, a ver si puedo salvarlas de los insecticidas con mis palabras.
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